Designaholic | Caminos: Detenerse, entenderse y someterse

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Caminos: Detenerse, entenderse y someterse

Me di cuenta de la responsabilidad que tenemos al escribir en este tipo de plataformas, las palabras importan. Le rehuí un tiempo a la gran posibilidad de ser incoherente entre lo que escribo y lo que hago pues en algunos momentos de “relectura” así me sentí. Hoy enfrento el riesgo de escribir lo siguiente con las ganas de leerlo en un par de años y sonreír satisfecho.

“Esta es la generación más desesperada hasta ahora”, intento parafrasear un comentario en una reunión hace unos días. Estamos acostumbrados a recibir respuestas de inmediato para todo. Esperar no es de nuestra generación, por muchos factores, el internet obviamente es desde mi punto de vista, el principal provocador de estas conductas. Creemos que los únicos procesos que llevan tiempo son aquellos que están bajo nuestro control, pocas veces aceptamos que somos parte de otro más complejo regido por el tiempo: crecer. En nuestra burbuja todo se maximiza, un fracaso es el fin del mundo cuando te consta que la voz corre más rápido que nunca y que para enmendar un error se requiere el triple del esfuerzo que llevó a cometerlo.

GUANTANAMO CASIO CONNECTION

Como diseñador, si te quedas en México lo más probable es que no vayas a diseñar un Ferrari de producción a tus 22 años. Si llevas dos años ejerciendo ten por seguro que no harán una retrospectiva de tu trabajo en el Museo Franz Mayer, y si no te has graduado no van a invitarte a impartir talleres sobre diseño de producto bajo tu perspectiva favorita. También te aseguro que un par de publicaciones por “submission” no te hacen el descubrimiento del año. Aún no, relájate, toma tiempo. Quiero aclarar que ninguno de los mencionados anteriormente son los objetivos de ser Diseñador, pero sí son frecuentemente confundidos como tales.

Los minutos de ahora transcurren exactamente al mismo ritmo con lo hacían cuando nuestros padres empezaban a laborar. La velocidad con la que fluye la información es lo que nos hace vivir más deprisa, no perdemos de vista el camino, avanzamos arrastrados por tantas posibilidades alcanzables. Si te desenvuelves en la ciudad esta sensación se maximiza. Es complicado detenerte, y no me refiero a salirte del estudio o apagar la computadora, simplemente dejar de pensar en qué sigue o si lo estás haciendo bien. Y es aún más complicado cuando el factor económico empieza a ser realmente importante, no digo que te gradúes y seas rico, pero necesitas mantenerte y poder pagar por lo que el ejercicio de tu trabajo consume.

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El ciclo normal todos lo conocen: estudiar, hacer prácticas, graduarte, trabajar, tal vez renuncies y cambies de trabajo un par de veces o emprendas tu propio negocio. Las personas más exitosas que conozco dentro de este ámbito han tomado decisiones que, ahora que estoy por graduarme, me doy cuenta lo arriesgadas que son. Mudarte de una ciudad a otra y volver a empezar, invertir en maquinaria y esperar a que reditúe, renunciar para dedicar tiempo al Diseñador que quieres ser.

– No estás en oferta – así tal cual lo dijo en esa misma reunión. Hacía referencia a que debía ser paciente para encontrar el trabajo y la línea a la que pertenezco. No iba a aceptar cualquier trabajo sólo porque me urge independizarme, cada quién sabe qué tipo de diseño le gusta hacer ahora y cuál le gustaría aprender.  Toma tiempo ubicarte de nuevo, ya decidiste hace cinco años qué estudiar, absorbiste muchísimo conocimiento (en el mejor de los casos), decidir qué sigue es de nuevo por lo que desvelas.

Caption – Boceto de Omar González en el MSBEXP 2016

Caption – Boceto de Omar González en el MSBEXP 2016

Toma tiempo apenas darte cuenta que estás en el camino correcto, requiere sacrificios (por favor no dramatices de más el concepto) cada paso, pero tienes que darlo. La solución que conozco es someterte a ese proceso del que eres parte, aceptar tu situación y posibilidades en el momento y hacer lo mejor que puedes con ello. Si te das cuenta que no puedes sólo, pedir consejo es siempre una buena idea.

Caminos hay muchos, puedes trabajar tres años haciendo interiorismo para luego estudiar un master en producto y trabajar en UX, o tomarte un año para “freelancear” y hacer portafolio para aplicar a alguna consultoría de renombre o becas para maestría. Que seas tú quién decida y disfrute de los pasos. El reloj seguirá andando, pero tu tiempo está sucediendo, detente, entiéndete y sométete.

 

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