Saguaro – Cactus columnar típico del desierto de Sonora.

“¡Son signos!” Me dijo después de enseñarle una alcancía en forma de ese cactus “¡¿Con tantos elementos en él, tenías que elegir el volumen?! ¿¡Lo más evidente!? ¡La piel, la textura, cómo se alimentan! Hay muchas cosas que no deberían pasar desapercibidas”.  Aunque ya lo había reflexionado muchas veces, necesitaba que me dieran esa “cachetada”; ese “Échale ganitas mi chavo”.

Saguarito fue un trabajo en el que hicimos (porque fue trabajo en equipo) una traducción básica y casi obvia entre la forma y la función. Parecería una relación forzada pero ¿qué tan forzada puede ser cuando de lo que más se ha hablado últimamente es dinero y seguridad? Estamos empapados de información, bombardeados a través de tantos medios, algunos incluso podrían ser ya miembros de nuestro cuerpo; no podemos despegarnos de ellos.

A pesar de haber dibujado por lo menos unos cincuenta cactus no salimos de lo mismo, del cactus. ¡Pero si Marc Newson diseñó un caballito!  (Rocky para Magis) y ¡Areaware vende cajas de cerámica con forma de contenedor de barco! (Cargo container) ¿Por qué mi cactus está mal?

A mi parecer no estaba mal, incluso le veía potencial. Sin duda debía haber mercado para el saguarito. Me di cuenta que él esperaba más de nuestro trabajo, no la primera exploración. Esperaba una abstracción más profunda de un concepto, o por lo menos encontrar una excusa mayor para desarrollarlo más allá de la calificación.

Son signos, signos. ¿Dónde están? ¿Qué me quieren decir? No aparecen con un chasquido, se generan a partir de la reflexión y observación; nuestra sensibilidad los provoca y nuestra empatía los aplica.

Algunos pensantes del Diseño y la Innovación los llegan a llamar “efectos sorpresa” o “micro-interacciones” en el caso de los servicios: los utilizan como vínculos emocionales y culturales entre el producto o servicio y el usuario. Otros los explotan de manera que comuniquen impetuosamente la idea, forzando de nuevo esta intimidad.

Como estudiantes, a veces desinteresados o en una vida “ajetreada” entre la escuela, la novia(o) y la fiesta no nos damos el tiempo de explorar y nos quedamos con la primera aproximación que nos viene a la mente. Somos faltos de experiencia como para asumir que la primera idea es la mejor que pudimos generar. Una cosa es confiar en tu buen gusto y acervo, y otra es limitarte a lo inmediato.

Evolucionar la forma, experimentar con el material y los acabados, relacionar elementos opuestos o poco involucrados son parte del proceso de diseño. Estudiar diseño no te asegura que tus ideas funcionan. Diseño no es forma, es proceso. Darnos tiempo para cumplir (y disfrutar) este proceso de exploración va ayudar a que el concepto logre materializarse y comunicarse de mejor manera más allá de los ojos del diseñador.

(Ohita de Jorge Treviño para Electrolux DesignLab)

Quizá la siguiente vez que quieras hacer un puff en forma de nube lo pienses más de dos veces. Pero si el puff en forma de nube es lo que querías hacer, hazlo.

Me gustaría conocer sus historias en la carrera, las lecciones que relacionan con el ejercicio del diseño, las herramientas que usan o los vicios y problemas que han identificado durante sus estudios. Dejanos un comentario y hagamos de esto un diálogo.

Buen inicio de semestre a todos.

Pedro