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MUJI: diseño suficiente

MUJI, mas que una marca o compañía, se podría describir como un estilo de vida –muy japonés – plasmado en productos, mobiliario, ropa y hasta alimentos. En repetidas ocasiones lo hemos mencionado en nuestros posts, ya ha tomado un rol importante en la exportación de diseño japonés a otros países asiáticos, Europa y Estados Unidos, así como convertir varios de sus productos como el aclamado CD-player de Naoto Fukasawa, en iconos del diseño industrial.

MUJI inició en 1980 con poco menos de 50 “productos de buena calidad sin marca”, es decir, buen diseño a precios accesibles. Sus inicios fueron con comida, vendiendo alimentos en perfecto estado y sabor, pero que otras compañías descartaban. Un ejemplo que mencionan mucho es el de los hongos comestibles que no tienen la forma perfecta ó el espagueti en forma de U que queda después de cortar los hilos perfectamente derechos. Otra estrategia característica de MUJI es su empaque minimalista en materiales como cartón que también funciona para abaratar precios. Con el tiempo MUJI fue expandiendo sus tiendas y catalogo de productos y hoy en día cuenta con más de 7,000.

La filosofía de MUJI gira alrededor de la simplicidad, pero para obtener este nivel de sencillez en sus productos se requiere una gran cantidad y complejidad de pensamiento y diseño. Como comúnmente se dice en el diseño; “es más fácil agregar que quitar”. Sus productos racionales parten del cuestionamiento de ¿qué será mejor para el usuario? eliminando modas, tendencias y funciones, optando por la modestia visual. De esta forma, los productos se pueden adaptar a diferentes ambientes y estilos de vida, lo cual ha sido parte importante del éxito internacional de MUJI.

La fascinación hacia MUJI paradójicamente la ha convertido en una marca “de diseño” que a través de su diseño ordinario se vuelve extra-ordinaria.

Pero el proceso de diseño de MUJI, por más que busque obtener buenos productos a precios bajos, no deja de producir ideas innovadoras constantemente. Al mismo tiempo, colabora constantemente con diseñadores japoneses como Naoto Fukasawa y Kazushige Miyake (vean aquí el post de nuestra visita a su estudio) e internacionales como Konstantin Grcic, Sam Hecht y Jasper Morrison; aunque no encuentras el nombre de ninguno en los productos o las tiendas. Este aire de misterio es otra de las cosas que siempre me ha fascinado de MUJI.. aunque poco a poco han surgido por otros medios la autroria de productos especificos como el CD-player de Fukasawa ó los muebles de Grcic y James Irvine en el proyecto de la compañía japonesa con Thonet.

Desde hace 6 meses que estoy en Japón, MUJI se ha convertido en mi parada obligatoria cuando necesito cualquier cosa, y en realidad.. encuentras cualquier cosa en MUJI. Aún así, los productos pueden jugar en cualquier ambiente un rol pasivo, evitando que mi cuarto parezca un catalogo de la tienda. Antes, solo podía comprar un par de cosas (pequeñas) cuando viajaba a Europa o Nueva York y me topaba con una de sus tienda.. bueno, en realidad no me las topaba; son paradas obligatorias. Ahora que estoy en Japón, he comprado mis plumas y cuadernos, ropa, vajilla, maletas.. ¡hasta comida voy a comprar a sus tiendas! (tienen unos brownies muy buenos).

Si vives en cualquier lugar excepto Japón, siempre esperas más de lo que compras.. si tienes un carro quieres más velocidad, espacio y más funciones, si compras un electrónico, quieres más opciones de control, posiciones, colores, etc.. y MUJI es todo lo contrario. MUJI busca dar “suficiente”, un concepto tan extremo al marketing que estamos acostumbrados, que te captura el instante que entras a su tienda.

Más info:
www.muji.us

*Recomendamos el libro de MUJI por Rizzoli

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