Design for Society: Los objetos y su experiencia estética en la postmodernidad
Los objetos han ido evolucionando naturalmente como lo ha hecho el arte, la sociedad y no solo desde el punto de vista estético y funcional, la idea de objeto ha explotado y se ha complejizado. Lipovetsky habla de un momento trans-estético en el que todos queremos tener una vivencia estética mediante la forma que vestimos, los lugares que frecuentamos y hasta cómo decoramos nuestros hogares sin importar el estatus económico. Es decir, la sociedad ya no se conforma sólo con la belleza arquitectónica que las ciudades nos otorgaban o la belleza que rodeaba los palacios, sino que ahora ha sobrepasado cualquier barrera social y económica.
La estética concebida como belleza en el sentido tradicional del término la podemos ya encontrar en otros lados contaminados por el deseo de crear sus ambientes y vivencias estéticas y no es que éste deseo sea nuevo, sino que los productos en masa, la gran producción y distribución de estos productos, hacen que estén a la mano de cualquiera, ya sea de alta o baja calidad pero tienen que estar bajo el régimen de una tendencia de moda y además que me generen una experiencia, sino el usuario no lo consumirá.
El usuario postmoderno no solo busca satisfacer su deseo estético que es contra lo que se ha luchado a lo largo de la historia (embellecimiento de los objetos), sino un movimiento en el que el objeto me tiene que dar algo más que su función y su estética; una experiencia. ¿Pero por qué la sociedad ha caminado hacia este sentido?, ¿Por qué no conformarnos con una buena funcionalidad y belleza?
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Este post fue publicado por primera vez el 4 de marzo del 2015 por MAC. Lilián González en el blog “Design for Society“