La semana pasada se llevo a cabo el London Design Festival, uno de los eventos más importantes del diseño en Inglaterra. Aquí algunos de los diseños que más nos llamaron la atención:

La Melting Chair por Philipp Aduatz es una pieza casi escultórica que aparenta estar derritiéndose. La silla esta hecha de fibra de vidrio reforzada con una cubierta especial que le da el efecto espejo. Finalmente una laca transparente es aplicada para protegerla de ralladuras.

“Companions” es una colección diseñada por Studioilse para la compañía De la Espada. Con una estetica sencilla, emulando el arts & crafts, los diseñadores logran satisfacer necesidades modernas como la organización de cables con elementos como un contenedor abierto de apariencia natural.

El estudio japonés Nendo se encargo de decorar el espacio de Established & Sons para la semana de diseño. La instalación titulada “My London” constó de cientos de pequeños mapas de diferentes áreas de Londres impresos en papel calca. El acomodo de dichos papeles en las paredes creaba un efecto visual inspirado en la neblina de la ciudad.

Chieh-ting Huang presento su colección “Urban Camper Lighting Objects” , una serie de luminarias que exploran los simbolismos asociados con las linternas en las culturas orientales y occidentales.

Simon Hasan explora en su trabajo la combinación de artesanía con la producción en masa. Durante la semana de diseño en Londres presento unos banquitos que utilizan una estructura de metal con un asiento de piel domada. Este proceso de darle forma rígida a la piel ha sido investigado y desarrollado por Hasan con la intención de producir independientemente sus diseños.

Finalmente, uno de los espacios que más dieron de que hablar durante el London Design Week no fue una exhibición o la presentación de algún producto nuevo, si no la instalación “Textile Field” que crearon los hermanos Bouroullec para el museo Victoria & Albert. Este proyecto fue realizado en colaboración con Kvadrat, compañía de textiles que constantemente trabajo con el dúo francés. El resultado fue una pieza de 30 metros de largo y 8 de ancho instalada en la galería de Raphael, en la cual la gente puede acostarse y contemplar relajadamente las obras de arte.