Designaholic | Bitácora del diseño: estudio de caso – diseñando en el baño

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Bitácora del diseño: estudio de caso – diseñando en el baño

Durante mi vida como académico, he escuchado a varios estudiantes quejarse de realizar el mismo tipo de proyectos una y otra vez. Sillas, mesas, lámparas, carteles, páginas web… No les llenaba llevar a cabo estos proyectos, pero cuando tenían oportunidad de elegir una nueva área de trabajo, de alguna manera terminaban haciendo sillas, mesas, lámparas, carteles, páginas web… de nuevo.

En esta lectura, revisaremos algunos de los problemas que rodean al adulto mayor al ir al baño, desde una perspectiva amplia y con base a estudios e investigaciones, sólo para manifestar la relevancia del caso y así percatarnos que como diseñadores, las áreas de oportunidad se encuentran en todos lados; hasta en el baño. Este texto no pretende ser una revisión exhaustiva del tema, sino ser una referencia del nivel mínimo de conocimiento sobre un problema para tomarlo como oportunidad de diseño.

El contexto

A nivel mundial, la población de la tercera edad está creciendo mucho más rápidamente que en cualquier otra parte de la historia de la humanidad. La Organización Mundial de la Salud pronostica que en el año 2020 habrá más gente de 60 años que de 5 o menos. Este salto demográfico representa un reto importante para mejorar la salud y los sistemas sociales en todos los países del mundo. Envejecer implica cambios biológicos y transiciones que conllevan a pérdidas emocionales y físicas difíciles de rehabilitar. Sin embargo, es importante recuperar y reforzar habilidades sociales y de adaptación, algo que representa sin duda un reto importante para el diseñador contemporáneo.

Lo que se sabe del tema

Depender de otros para realizar las Actividades de la Vida Diaria puede afectar al adulto mayor emocionalmente, reduciendo su motivación personal, desarrollo y por lo tanto su dignidad, según la doctora Lourdes Bermejo García, autora del libro Gerontología educativa: cómo diseñar proyectos educativos con personas mayores. Violar la dignidad del adulto mayor contempla cualquier brecha bioética, principio de autonomía considerando abuso económico, psicológico y físico.

Según un estudio del año 2015, la discriminación por edad (o Ageism en inglés), es resultado de la exclusión del adulto mayor en la toma de decisiones, así como el ignorar las barreras arquitectónicas y sociales y se define como una agresión individual y colectiva a la dignidad. Sin duda un punto a considerar en el proceso de diseño en proyectos enfocados en este sector de la población.

Uno de los factores más importantes que causan dependencia en la población del adulto mayor es la incontinencia. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (2004) descubrieron que las principales causas de incontinencia son la inmovilidad y la demencia. La inmovilidad es causada principalmente por restricciones en la cama y discapacidades físicas. La demencia causa un detrimento en la consciencia mental que reduce la motivación de ir al baño apropiadamente, según Investigadores de la Universidad del Estado de Lousiana (2011)

Se encontró que en lugar de proveer sistemas eficientes para realizar de manera privada y autónoma la experiencia de ir al baño, las estrategias existentes solo proveen más personal para ayudar al adulto mayor. No se encontró ninguna investigación o análisis sobre sistemas públicos para ir al baño y su relación con la inclusión de personas con algún tipo de discapacidad. De igual forma, la literatura falla en proponer un análisis actualizado sobre las habilidades específicas requeridas para llevar a cabo actividades de la vida diaria, como ir al baño para adultos mayores, según el Dr. Harvey Max Chochinov, Director del Manitoba Palliative Care Research Unit en Canadá. Igualmente, una limitante importante para la investigación es la falta de escalas de evaluación para medir el nivel de dependencia de manera holística.

¿Por qué debería importarle al Diseño?

Es común encontrarse con objetos, imágenes, espacios o interfaces que propician la segregación. Al ser el diseño una disciplina que trabaja con la entrega de mensajes codificados en forma de producto, podemos decir que hacia donde miremos, podríamos haber encontrado una nueva área de oportunidad para el mismo.

Académicos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido (2013) indican que hay una relación directa entre la edad y la pérdida de capacidad para realizar ciertas actividades. Frecuentemente, los productos que existen en el mercado exceden estas habilidades en más de una manera: cognitiva, motora y sensorial. Esto resulta en exclusión social, y para el usuario, convertirse en parte un grupo de “necesidades especiales”.

Un estudio reciente del Instituto de Tecnología de Atlanta, Georgia, encontró que 50% de los problemas de la vida diaria reportados por adultos mayores eran potencialmente resolubles por esfuerzos en ergonomía y diseño, 25% por mejorando el diseño de los sistemas y 25% por entrenamiento.

Como este caso, existen muchas otras situaciones en las que como diseñadores podemos aportar nuestro conocimiento sobre usabilidad, síntesis de requerimientos, experiencia del usuario y métodos iterativos, que ofrezcan soluciones pertinentes a problemas reales con impacto masivo.

¿Se te ocurre algún otro caso de este tipo que te interesaría investigar como diseñador?¿Qué puedes hacer para mejorar esta situación desde tu expertise? ¿Cuál crees que sea el papel del diseñador contemporáneo con respecto a estas situaciones?

Este post fue publicado por primera vez el 22 de octubre del 2017.

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