El Jardín Botánico de Culiacán es un espacio único en el mundo donde el arte y la naturaleza se mezclan y se exhiben en la forma de un museo al aire libre que vive, cambia y crece con el tiempo. Hace unas semanas estuvimos en Culiacán, ciudad que desde hace mucho tiempo queríamos visitar para conocer este espacio que a partir de las intervenciones arquitectónicas de Tatiana Bilbao comenzó a sonar muy fuerte en la prensa internacional.

Aunque se fundó en 1986 como propiedad del Estado de Sinaloa y se ha enfocado a la investigación científica y a la preservación de la flora local, el Jardín Botánico incluye un impresionante proyecto de arte contemporáneo que reúne a 35 artistas internacionales a cargo del curador  Patrick Charpenel para la colección de Isabel y Agustín Coppel.

Todas las piezas que vemos en el Jardín fueron creadas especialmente para el espacio, considerando e integrando aspectos de la naturaleza que los rodea y reflejando inquietudes, problemas y realidades (como la violencia) en la región.

En un terreno de 100 m2 hay más de 1,000 diferentes especímenes de plantas, de más de 400 géneros y de alrededor de 100 familias, agrupados en 19 colecciones. La combinación de arte, naturaleza, investigación y educación en un solo lugar hace de este espacio un proyecto de talla mundial. También lo acompañan diferentes edificios por la arquitecta Tatiana Bilbao que inserta de manera delicada su estética de concreto al paisaje.

Caminar por el Jardín Botánico es toda una experiencia. En el recorrido encuentras múltiples obras de artistas muy reconocidos que interactúan con la naturaleza para generar (muy) distintas experiencias. Hay fórmulas conocidas como la obra Concave/Convex de Dan Graham que hemos visto en otros lugares, pero no deja de cambiar totalmente al estar situada en el Jardín.

Piezas como Plataforma elevada con plan extraterrestre por Sofía Táboas ya son un landmark en Culiacán para que las quinceañeras se vengan a tomar fotos con sus vestidos.

También hay piezas inesperadas, como un Volkswagen estrellado contra un árbol, obra del belga Francis Alÿs quien lo manejo desde la ciudad de México para venir a estrellarlo a ese árbol en específico.

Grandes artistas contemporáneos mexicanos como Gabriel Orozco no podían faltar.

Pero las piezas más interesantes son las que hablan de lo que ha sucedido en la ciudad y como ha impactado la sociedad. Las tumbonas situadas en el Jardín fueron hechas con concreto que en su mezcla utilizo agua usada para lavar cadáveres en la morgue local. Acostarse en ellas es una experiencia extraordinariamente extraña que solo la puedes tener si conoces el trasfondo de la pieza.

Hay otras piezas que brillan por su magnificencia como Caprichos por Valeska Soares . Este espacio crea una especie de oasis secreto donde al centro del espejo de agua hay una cama de piedra para que la gente se recueste.

Finalmente, uno de los favoritos del blog, Olafur Eliasson creó la pieza Flower Archway, una estructura de geometría complicada diseñada para que las plantas la cubran y proveer de juegos de sombra sobre el suelo.

El Jardín Botánico sigue en proceso de construcción, algunas especies estan siendo relocadas, algunas obras estan en proceso (como la increíble pieza de James Turrell), y algunos edificios faltan por construirse, pero hoy en día ya es un espacio que impresionará a cualquier personas de cualquier parte del mundo.

Más info:
www.coppelcollection.com