Los Que Hacen: Los Que Hacemos
La columna “Los Que Hacen – Cultura Visual en México”, es una iniciativa por André Mooij para publicar nuevos talentos estudiantiles, tener conversaciones con personas influyentes y abrir temas de debate en relación a las artes gráficas, principalmente en México y América Latina.
Hace unos días vi un documental sobre “La Trayectoria del Diseño Gráfico en México” (Lo vi para que ustedes no lo tengan que ver, pero por si tienen curiosidad, les dejo el link) — Esencialmente es un video de 55 minutos de entrevistas con personas quienes personalmente no ubicaba y que tratan de contestar algunas preguntas como: “¿Hacia dónde va el diseño en México?” “¿Se debe de bocetar todavía?” “¿Debemos de ser competitivos?” entre otras preguntas extrañamente existenciales que el director claramente sentía la necesidad de aclarar.
No la voy a hacer de larga, el documental no tuvo una reflexión general ni meta final según lo que vi. Esto fue lo que me llamó la atención. Sin duda cuando se trata de una referencia para alumnos, estos temas son importantes de aclarar, pero creo que no debe de tener la misma importancia si es un documental para la industria creativa de México.
Si seguimos atorados cuestionándonos temas que nunca vamos a definir realmente, nunca avanzaremos, y cuando digo avanzar lo digo en absolutamente todo el sentido de la palabra.
Creo que todos conocemos la famosa estadística de la cantidad de egresados de diseño gráfico que hay en México cada año, así como el sueldo promedio del profesionista de nuestra disciplina. En resumen: demasiados diseñadores y un sueldo promedio miserable. Se puede decir con relativa certeza que la razón detrás de estas cifras cae en que el diseño es uncommodity y por consecuencia, deseado solo por quienes designan un presupuesto real para desarrollar proyectos de este tipo. Otra razón que existe bajo la percepción general es que hay demasiada gente refugiada en las escuelas de artes y diseño porque se quieren alejar de las ciencias exactas u otras carreras que parecen mas difíciles que el diseño gráfico.
Creo que el problema real no cae en estas razones anteriores y tampoco en la cantidad de personas que entran a estudiar diseño gráfico porque “¡Me ENCANTA dibujar! Dibujo HERMOSO!” (aunque esto es debatible) sino más en la percepción general que tiene la población sobre el impacto y relevancia de estar en la computadora todo el día, haciendo lo que ya sabemos que hacemos.
¿Cómo cambiamos esta percepción? No se. Pero lo que sí se es que cuando no usamos ni los términos correctos para hablar dignamente sobre nuestra profesión (ejemplo: “I don’t make logos, I design brandings” …ugh) No podemos sorprendernos cuando un colaborador, cliente, amigo o familiar se confunda cuando le tratamos de explicar la diferencia entre publicidad e identidad visual o UX y UI.
Ahora, no digo que solo debamos de corregir nuestra pésima habilidad por ponernos de acuerdo con nuestros términos y glosario general de diseño gráfico, sino también hacernos preguntas más relevantes que: “¿Oye y crees que se deba de bocetar a mano todavía?” —Yo y cualquier persona en su sano juicio sabe que eso es irrelevante y que el proceso es de acuerdo a cada ser humano, así como sus opiniones personales, ideologías, etc.
Nadie habla de los diseñadores gráficos de las campañas políticas para candidatos con pasados obscuros y gobiernos corruptos, entonces hay un problema de ética ¿No? De ser así, ¿por qué no hablamos de esto? Estoy seguro que pocos sabemos tan siquiera quiénes son, yo personalmente no tengo idea alguna.
¿Quién nos enseñó a entender la posibilidad de hacer más daño que bien al usar nuestras herramientas para trabajar con cigarreras?
¿Alguien te dijo que está bien aceptar poco sueldo por trabajar en lugares con prestigio?
¿Cómo vamos a mantener fuerte la disciplina si no aceptamos cambios inminentes en tecnología, pensamiento y accesibilidad?
Sé que hay pocas personas debatiendo estos temas, pero no está ni cerca de aparecer en el radar del discurso nacional.
No nos damos a respetar nosotros mismos al no tomar una postura académica para defender nuestra disciplina, por consecuencia no nos van a respetar los demás y esto entorno crea una demanda limitada, que afecta toda la estructura económica de la industria. Claro, es un poco mas complicada esta cadena de consecuencias, pero creo firmemente que viene desde esa raíz.
Hacernos este tipo de preguntas abre una discusión sobre temas específicos que pueden enriquecer el discurso de cada diseñador gráfico por su pura naturaleza crítica. Sin duda es importante ser críticos de nosotros mismos, pero no creo que debamos ni podemos seguir envueltos en un diálogo egocéntrico en donde nuestras preguntas más importantes tratan de temas sobre nosotros y para nosotros, opuesto a cuestionar lo que nuestras habilidades puedan hacer para otras industrias, presentes y futuros.
Existen demasiadas razones para aplicar nuestro conocimiento a productos y servicios que pueden hacer un poco mas fácil la vida cotidiana y seguimos hablando sobre la importancia o desimportancia de bocetar. Creo que el iniciar un discurso nuevo, ayuda a clarificar nuestras prioridades profesionales.
Este post fue publicado por primera vez el 05 de Abril del 2016 en el blog “Los que .Hacen“
