La semana del diseño Holandés 2013
Comenzamos una nueva etapa de Designaholic donde invitamos a diferentes diseñadores, críticos y personajes del diseño a colaborar con nosotros por medio de columnas “abiertas” en las que buscamos plasmas diferentes visiones sobre los que ocurre en la actualidad del medio. Es un gusto contar con esta semblanza sobre el Dutch Design Week por parte de José de la O como nuestro primer invitado.
Mientras que en México, todos estaban con los ojos puestos en el Abierto Mexicano de Diseño, en Holanda estaba pasando algo similar: El Dutch Design Week. Del 19 al 27 de octubre, Einhoven, una gris e industrial ciudad al sur de Holanda, se transforma por completo en un festival de diseño, en el que cada esquina, escaparate o estudio se convierte en una galería donde jóvenes diseñadores locales muestran su trabajo.
Este año había mucha curiosidad de ver que nuevo camino había tomado el Design Academy Eindhoven (DAE), desde que Thomas Widdershoven, el director de Thonik una de las compañías de identidad mas importantes de Holanda tomó las riendas de la escuela, después de varios problemas internos entre los docentes (por su mayoría diseñadores de renombre holandeses) y la pasada administración.
Cada año la DAE organiza un show de graduación en donde es común ver pasear en sus pasillos a personalidades internacionales del diseño como Rossana Orlandi, Paola Antonelli o Marcus Fairs. Comparado a otros años se vio una exhibición mas abierta y democrática, tanto en la distribución de su espacio como con su curaduría, al punto que uno no podía diferenciar entre qué proyectos eran cual departamento, maestría o de investigación académica. Se percibía mas luz que en otros años, mas espacio y menos stunts teatrales, pero como consecuencia, dejaba al final una sensación un poco de que algo faltaba (tal ves presupuesto).
Como es de esperarse, los trabajos finales exhibidos eran prototipos de alta calidad, fabricados de manera artesanal por los mismos estudiantes, en su mayoría productos que mas que satisfacer una necesidad del mercado, contaban historias personales de sus creadores. Y de esto es algo en el que el Design Academy se especializa, en crear objetos de alto contenido conceptual, aunque aveces pueden ser bastantes superficiales.
Entre estos proyectos pudimos ver teléfono inspirado en bloques de lego Blockphone, que aunque ha sido bastante criticado, Nokia ya está colaborando con su creador Dave Hakkens, para la realización de nuevos conceptos basados en el “Blockphone”.
En contraste, pudimos ver proyectos menos orientados al producto y mas hacia la experimentación artística como el de Bart Eysink, en el que a través de unas figuras humanas de plástico tamaño real busca “una yuxtaposición entre el personaje (lo real) y la falta de personaje (lo falso)”.
Pero un proyecto que en verdad se destaca, no solo por su falta de superficialidad, pero por no ser en sí un proyecto de diseño, es “It is what it is: The Other Market” un proyecto social del diseñador colombiano Pablo Calderón en el que busca nuevas practicas económicas en el espacio público, en el que trata de historias como moneda de cambio.
Cada día, Calderón salía a las calles con una bici-carretilla y junto con un grupo de voluntarios y ofrecía diversos productos o servicios a cambio que los transeúntes les contasen una historia personal. Estas historias se reflejaban en un “live Sketching” en el espacio de exhibición donde comunicaba que sucedía el día anterior.
El modelo de Pablo ya está siendo replicado en otros países como Hungaria y no me extrañaría verlo pronto en países como el nuestro.
Como es de esperarse, las calles de Eindhoven también se utilizaban como áreas de exhibición, en las que, uno podía apreciar grandes cajas de madera para embalaje con el logo del polémico estudio de diseño Studio Job, en la que encontrabas su logo “vandalizado” con grafitti, donde se podía leer “Job is a Cunt” “Blow Job”. Si es vandalismo de verdad o un stunt publicitario, al final fue tema de conversación entre varios de los asistentes.
Otro recinto importante durante la semana de diseño holandesa es Strijp-S. Una zona industrial identificada por su icónico torre del reloj marca Philips. Dentro de sus instalaciones encontramos el lado mas comercial del festival.
Entre lo destacado por fin pudimos ver en vivo el proyecto All of a Piece, un objeto modular para mesa fabricado de varios materiales. Este proyecto es un trabajo en colaboración del diseñador Danna Cannam junto con Rachel Griffin, ambos establecidos en Rotterdam. La simpleza en la forma de este objeto multifuncional y la manera en que interactuan los materiales, harán sin duda que este objeto sea un best seller en diciembre.
Aunque en Strijp S se encontraba el lado mas comercial, también existía espacio para lo experimental y lo especulativo. Así se vio en la exhibición The Bio based Wunderkammer, donde se mostraron cómo puede ser el diseño a través de nuevos materiales biológicos. Uno de estos proyectos es System Sinthetics, en el que el Diseñador y Artista Maurizio Montalti nos promete la creación de Bio-etanol a través de la descomposición de plástico a través de un nuevo organismo creado por medio de la manipulación genética de la levadura y el mycelium, un tipo de hongo largo y delgado.
Por último, lo que mas nos agrado durante nuestra visita fue el área denominada Sectie C, un area industrial donde casi 100 diseñadores y estudio tiene sus talleres incluyendo Colaboration O y Nacho Carbonell.
Durante el festival, Carbonell abrió las puertas de su estudio a los visitantes, en los que podían apreciar todo el proceso de este diseñador. Uno podía ver experimentos, maquetas, bocetos, y esculturas terminadas, en las que se podía apreciar la delicada manufactura de las piezas que contrastaban con lo burdo e incomodo de los materiales. Uno no puede dejar de pensar en el inmenso trabajo detrás de la fabricación de estas piezas hechas por jóvenes practicantes, algo común en la ciudad.
Como mencionamos al principio, el diseño mostrado en Eindhoven se enfoca tal ves mas en historias personales mas que en necesidades sociales, y es por esto, que el diseño holandés siempre está peligrosamente cerca de la frontera con el arte, en las que tal ves el único aspecto verdaderamente funcional de este estilo de diseñar sea, como dicen sus creadores, “generar conversaciones” o “replantear preguntas”.
José de la O es Diseñador de Producto, Consultor creativo y emprendedor cultural. Lo puedes seguir en twitter @joserdelao o darle like a su estudio facebook.com/StudioJosedelaO.