Reflexiones: Cuando las aguas se asientan
Ha llamado mi atención que durante el último año el mundo del diseño y la arquitectura en México voltearon hacia atrás y reconocieron una época que parecía olvidada. Una serie de personajes y protagonistas volvieron bajo reflector y mucho se habló y escribió de ellos. ¿Por qué de repente nos acordamos de héroes que teníamos empolvados? ¿Por qué ahora toma significado y es estudiado a profundidad algo a lo que le habíamos quitado toda la importancia? ¿Qué cambió?
Escribo estas líneas a partir de una serie de observaciones, apuntes y comentarios que se suscitaron a todo lo largo del año pasado y que me parece oportuno sacar a la luz. Dos mil catorce nos trajo varias exposiciones, libros y foros que tocaron a diseñadores y arquitectos que habíamos relegado, tal vez privilegiando a lo nuevo, lo actual y olvidándonos del pasado reciente.
El año pasado vimos la muestra del arquitecto Mario Pani, quien personificó al movimiento moderno y que a raíz de los trágicos acontecimientos del 19 de septiembre de 1985 fue relegado al cajón de los recuerdos. Durante el catastrófico sismo una gran cantidad de sus simbólicas construcciones quedaron derruidas, cuestionando así el valor de sus diseños. El mismo arquitecto vivió esos últimos ochos años de su vida apesadumbrado por lo acontecido. Entre otras exposiciones llamó mi atención la presentación en paralelo de las muestras de dos personajes claves para las olimpiadas del 68, por un lado la muestra de lo “inédito” del arquitecto Ramírez Vázquez en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México y por otro lado la exposición del trabajo de Lance Wyman en el MUAC de Ciudad Universitaria. La autoría del logotipo de las Olimpiadas ha generado, y lo sigue haciendo, una gran polémica. El pleito entre Eduardo Terrazas y Lance Wyman es legendario, al grado que tanto en el catálogo de la muestra reciente de Wyman como en el catálogo de una pasada muestra que se realizó sobre la imagen de las olimpiadas en el MAM cada uno defiende su lado de la historia atribuyéndose el diseño de la mundialmente famosa imagen.
A partir de la exposición que el Museo Franz Mayer organizó, con la acertada investigación y curaduría de Ana Elena Mallet, se publicó el año pasado el libro de Van Beuren, igualmente se realizó una exposición y se acaba de publicar un libro sobre Oscar Hagerman. Curiosamente durante los años 70 si uno hablaba de estos personajes se tenían opiniones encontradas y vagas sobre su trabajo. De Van Beuren se hablaba de muebles con poca identidad nacional, fuertemente inspirados en las tendencias europeas, y dirigidas a un mercado populachero poco instruido. Por otra parte, del trabajo de Oscar se conocía poco y muchos lo tildaban de ser un hippie cuyo beneficio se había perdido en sus experimentos utópicos en la sierra de Puebla.
Como último antecedente a mi reflexión quiero agregar un polémico tema que, adelantándome a los hechos, está por salir a la luz: Las torres de Ciudad Satélite. Se publicará un libro, autoría de Fernando González Gortázar, quien durante décadas ha conocido de primera mano los antecedentes de la autoría de la misma, más adelante en el año tendremos una muestra de Mathías Goeritz que dará también de qué hablar. Sólo espero que las avasalladas y mermadas torres resistan a la caníbal urbe antes de que la triste polémica, que a mis ojos no existe, sea esclarecida.
Lo cierto es que todas estas circunstancias que rodearon a estos personajes del mundo de la arquitectura y el diseño empiezan a ser añejas y que muchos de los grupos y protagonistas ya no existen o incluso han fallecido. Las nuevas generaciones de diseñadores y arquitectos, ajenos a dimes y diretes, comienzan a observar el legado, lo que realmente quedó y le encuentran significado y trascendencia. En algunos casos el contexto mismo ha aceptado realidades que en su momento eran imperceptibles para el mundo en el que se presentaron.
Así Oscar Hagerman, a quien conozco desde la tierna infancia, pasó a ser una persona preocupada por los miembros minoritarios y poco favorecidos por nuestra sociedad y un diseñador consciente del entorno. Oscar ha sido colocado como una persona sensible y seguramente adelantado a sus tiempos. La disciplina y pasión con la que siempre hizo su trabajo se han probado válidas.
En muchos casos el tiempo nos ha ayudado a probar las cosas. En el caso de la celebrada imagen de los juegos olímpicos la polémica sigue vigente, pero al observar la trayectoria de todos los protagonistas y constatar a dónde los ha llevado su talento me queda claro que Wyman tiene mucho más que defender que Terrazas, ya veremos que presentará Eduardo en la próxima exposición que se inaugurará en unos meses en el Museo Carrillo Gil, pero creo que las aguas comienzan a decantarse también es ese mundo.
Se han cumplido 50 años del Museo de Antropología y del Museo de Arte Moderno y su autor, apenas fallecido, comienza a tomar su espacio histórico. Tristemente muchas de las prácticas políticas que el mismo encarnó en la asignación de trabajos de esa envergadura siguen vigentes, siendo el dedazo (disfrazado de procesos poco transparentes) la orden del día, como hace 50 años. Aquí el estudio de la historia valora a los mexicanos como creativos y adelantados a nuestros tiempos en la parte del diseño arquitectónico pero evidencia nuestras debilidades como sociedad.
A mí lo que me queda claro es la sed y gran apetito que tenemos como gremio de entender y conocer nuestra historia reciente. Veo en las nuevas generaciones unas bases muy pobres y en general se cuenta con poco material para conocer a profundidad lo acontecido y sus análisis desde diferentes puntos de vista. Es más que obvio que sólo la perspectiva del tiempo puede darle valor a circunstancias de este tipo, pero la falta de estudio, y por supuesto de enseñanza, de estos temas nos está llevando a repetir de manera absurda los mismos errores.
¿Qué de lo recientemente vivido requiere urgentemente de un primer análisis? ¿Cómo estamos enseñando a las nuevas generaciones a ver a los que nos antecedieron? ¿Qué herramientas les estamos entregando para que sepan como ver a través de las turbias aguas de la actualidad y reconocer lo que de ahí tiene valor? Yo por el momento quisiera profundizar en la reflexión.