La arquitectura de los museos de Tokio
Después de un día recorriendo la calle Omotesando con sus múltiples boutiques/edificios por arquitectos como Herzog y De Meuron, Tadao Ando y Toyo Ito (vean el post aquí), dediqué varios días a visitar algunos museos de arte en Tokio. En mi opinión, la arquitectura se disfruta mucho más en este tipo de espacios no-comerciales, y su efecto en la experiencia de contemplar arte puede ser muy profundo, aunque tengo que admitir que estas grandes obras dejaron atrás su contenido. Me perdí completamente en el deleite de los espacios y pase demasiado tiempo mirando detalladamente sus exteriores por igual..
El National Museum of Western Art en el parque Ueno fue construido uno de los últimos proyectos del gran arquitecto Le Corbusier. Este es el único proyecto del arquitecto francés en el oriente, y marcó la reanudación de las relaciones entre Francia y Japón. El museo hospeda la colección de Matsukata Kojiro, un constructor de barcos que hizo mucho dinero en Europa y comenzó a comprar a principios de los años 20’s obras de artistas europeos importantes como Rodin, Rubens, Monet, Van Gogh, Picasso, Cezanne, entre otros. que fueron retenidas por Francia debido a la segunda guerra mundial. La mayoría de estas obras permanecieron en Europa, y al romperse la segunda guerra mundial fueron retenidas por Francia.
Más adelante, en los 50’s, cuando Francia accedió a retornar las obras al gobierno japonés para iniciar este museo, su única condición fue que el edificio estuviera a cargo de un arquitecto Francés. Así fue como Le Corbusier termino diseñando este edificio el cual fue supervisado durante su construcción por 3 aprendices japoneses.
Las proporciones de su famoso Modulor fueron aplicadas a todos los elementos de este museo. Esta fue mi primera vez dentro de un edificio de Le Corbusier, y como comenté anteriormente, el arte quedo en segundo plano. Actualmente el museo esta en disputa para convertirse en patrimonio cultural por la UNESCO.
En el mismo parque Ueno se encuentran otros museos y edificios culturales, así como un zoológico y varios jardines. Mi siguiente visita en esa zona fue a la Gallery of Horyuji Treasures dentro del Tokyo National Museum. Diseñado por Yoshio Taniguchi, el mismo arquitecto que hizo la última remodelación y expansión del MoMA en Nueva York. Su ubicación casi escondida es perfecta, la aísla de las multitudes y le da una paz y serenidad necesaria para poder disfrutar este increíble edificio.
Definitivamente “es mucho edifico” para una colección tan pequeña que muestra verdaderos tesoros japoneses del templo Horyuji en Nara. Prácticamente hay espacio de sobra para perderse por un rato. Sus alturas y espacios interiores dan una sensación de calma e inspiración.
Hay áreas de descanso, de estudio y un café. Yo opte por sentarme en la biblioteca y sketchear por un rato.
El Museum of Contemporary Art, MOT, fue inaugurado en 1995 . Ubicado en un área lejos de lo turistico de Tokio, este edificio por Takahiko Yanagisawa tiene un diseño muy peculiar que todavía no termino de asimilar. De todas formas, me pareció muy interesante como las enormes salas acomodan bien tanto a obras pequeñas como piezas de formatos grandes.
El estilo del edificio parece un clash de estilos, materiales y formas, que de alguna forma dan una sensación de caos que se pierde al entrar a las galerías. El lobby es un corredor masivo que te captura en cuanto entras por la puerta. Las estructuras visibles en forma de V predominan este espacio, pero por igual son saturadas con un patrón de círculos en su interior.
Por si fuera poco, 3 cilindros enormes crean espacios interiores que son utilizados por la tienda, la biblioteca y una cafetería. Por más extraño que me pareció este edificio, creo que iba de la mano con las piezas de arte (muy bizarras) que hospeda.
Finalmente, mi última visita a un museo en Tokio fue al National Art Center, el espacio de exhibición de arte más grande de Japón. También es el más nuevo, fue completando en el 2007 y su diseño fue realizado por el arquitecto japonés Kisho Kurokawa quien tomo como inspiración las montañas y las montañas y el mar para crear su frente ondulado de metal y vidrio.
Este museo no tiene una colección permanente, y la exhibición que estaba puesta ahora esta bastante mala, pero el edificio es espectacular. Al interior, el lobby es definido por las curvas exteriores, con una altura imponente que alberga 2 estructuras cónicas adecuadas a los espacios creados. Arriba de cada cono hay un restaurante. La vista es simplemente impresionante.
Las galerías son una caja al fondo del lobby. Sus paredes tienen una textura creada con barras de madera que le dan un buen toque a la sencillez de este espacio que no compite con el lobby. El enorme espacio de exhibición cuenta con más de 14,000 metros cuadrados.
El juego de los conos de cemento con el frente ondulado crea espacios interesantes donde hay sillas y mesas para descansar, así como una cafetería.
Los conos son conectados a los corredores de sus respectivos pisos por medio dos puentes. Batallé mucho para salir de este edificio, para donde volteara encontraba un espacio fascinante en el cual me queda perplejo.
Tokio es una ciudad con una arquitectura inigualable, que no sigue ninguna regla ni estilo en especifico. Realmente disfruté caminarla admirando todos los edificios y zonas construidas por arquitectos japoneses y de todas partes del mundo.
Pronto todas las fotos de nuestra visita a Tokio en nuestra sección de galerías.
*Vean aquí nuestro post acerca de las tiendas de Omotesando en Tokio